Destacándolo al aceite de palma como un producto natural, saludable y 100% colombiano, desde este mes se inicia una intensa campaña publicitaria, liderada por Fedepalma, que busca “pelearse mano a mano” el mercado, frente a los demás productos de su categoría, y conquistar así mesas y cocinas colombianas y extranjeras, tanto en el hogar, como en restaurantes y hoteles.
La campaña busca incentivar el consumo diario y está soportada en investigaciones de mercado realizadas en 2017, pertinentes tanto para el consumidor final como a los canales de colocación del producto, a través de las que se encontraron grandes oportunidades para desarrollar exitosamente esta estrategia, explicó el presidente de Fedepalma, Jens Mesa Dishington, al presentarla en la XIX Conferencia Internacional sobre Aceite de Palma.
Uno de los frentes a atender es el desconocimiento del aceite de palma por parte del consumidor, lo que, en opinión del dirigente palmero, “se convierte en un lienzo en blanco para escribir los mensajes que queremos transmitir a los compradores, en relación con las bondades del aceite de palma en la salud y nutrición humana; su buena funcionalidad y gran versatilidad; su naturalidad, al provenir de un fruto sometido a un proceso de extracción físico; su compromiso con la sostenibilidad y su aporte al bienestar de múltiples comunidades y familias en distintas zonas rurales de nuestro país, convirtiéndose en esperanza, sueños, progreso y transformándose en vida”.
Mesa recordó que este año, la campaña de posicionamiento, en su primera fase, estuvo dirigida a sensibilizar a los consumidores acerca de la importancia de la agroindustria de la palma de aceite en las regiones, a través de historias contadas por sus protagonistas, quienes, de forma auténtica y natural, mostraron lo que en realidad la palma ha representado en sus vidas. Estas “voces de la palma de aceite” fueron el inicio de un camino por construir, “un camino que estamos seguros va a hacer historia y va a contribuir significativamente a nuestro propósito superior de aumentar el consumo de aceite de palma colombiano, aseguró Mesa Dishington.
El presidente de Fedepalma, Jens Mesa Dishington, explicando los alcances de la nueva estrategia publicitaria para el aceite de palma.
“Buscamos que la campaña de comunicación estratégica enfatice en los beneficios, características y potencial del aceite de palma colombiano frente a sus competidores, impulsando el consumo de aceite de palma en los hogares, así como fortaleciendo el posicionamiento dentro de la categoría destacándolo como un producto natural, saludable y colombiano”, agregó.
“En Colombia existe desconocimiento respecto al aceite de palma, es por esta razón que quisimos visibilizarlo por medio de una campaña que incluyera diferentes temáticas, entre ellas: las prácticas sostenibles, empleadas para la siembra de cultivos; el compromiso del gremio con las áreas de influencia y los valores nutricionales y beneficios del consumo de aceite de palma colombiano”, explicó.
La campaña tendrá despliegue en diferentes plataformas mediáticas como: televisión, radio y digital en el ámbito nacional y tendrá presencia en puntos de venta de grandes superficies localizadas en Bogotá, Villavicencio, Bucaramanga, Cali, Barranquilla y Santa Marta, en donde se resolverán las dudas acerca del aceite de palma colombiano, a través de recetas, momentos de consumo, eventos y sugerencias, entre otras estrategias y tácticas.
Importaciones y revaluación
De otro lado, el presidente de Fedepalma alertó que el incremento desmedido de las importaciones de aceite de palma, principalmente de Ecuador, y la revaluación se han convertido en factores que afectan la buena marcha de las empresas palmicultoras en Colombia, e incluso, el primero de los mencionados, ha forzado a aumentar las exportaciones, impactando en el ingreso del sector.
“Continuamos con una tasa de cambio revaluada que afecta la competitividad de muchos productos del agro colombiano, a lo que se suman otras distorsiones tributarias que favorecen el ingreso desordenado de aceite de palma a un mercado totalmente excedentario como el colombiano”, agregó el dirigente.
Adicionalmente, Jens Mesa anticipó una disminución en la producción de los aceites de palma, que para 2018 caería 12%, comportamiento asociado en gran medida a razones climáticas.
Otro factor de preocupación es la caída significativa de los precios internacionales, que han disminuido 20% en lo corrido del año.
Control a alimentos importados
De otra parte, el ministro de Agricultura, Andrés Felipe Valencia, al participar en la XIX Conferencia Internacional sobre Aceite de Palma, advirtió que “Colombia no puede seguir siendo tierra fértil para productos agropecuarios de baja calidad y por ello el país no será tierra de nadie para las importaciones agropecuarias”
De acuerdo con el funcionario, el gobierno va a poner en marcha una intensa agenda para la gestión de relaciones internacionales de carácter agro comercial, que, precisamente, comenzará por la que denominó “diplomacia sanitaria”.
Lo que se busca, explicó, es evitar que se cometan prácticas proteccionistas contra Colombia a través de metodologías fitosanitarias no adecuadas. Por ello, agregó “estamos muy pendientes de las discusiones con la Unión Europea sobre ese particular y lo vamos a hacer de la mano de la Cancillería y el Ministerio de Comercio.
Por otro lado, el ministro de agricultura anunció que se llevará a la mesa intersectorial de biocombustibles una propuesta para que se convierta en obligatoria la mezcla de biodiesel en la gran minería.
Advirtió que en la demanda de biocombustibles el sector palmicultor enfrenta enormes desafíos como lo son los costos de las materias primas, los márgenes de los destiladores y los precios al consumidor, además de la permanente innovación de en esta industria.
“Este panorama pone de presente la importancia de contar con políticas públicas que generen un entorno competitivo y confiable para el desarrollo de la agroindustria de la palma de aceite, que acompañen los esfuerzos que vienen realizando los palmicultores en términos de la sostenibilidad social, ambiental y económica”, concluyó Mesa Dishington.